12 pasos hacia una vida más sostenible

 

Foto: Lauren Mancke

He estado un tiempito fuera de órbita en lo que al blog se refiere, aunque eso no significa que mi existencia no-virtual se haya aletargado, ni mucho menos. De vuelta a las clases en la escuela donde ejerzo como maestra de inglés -ahora en plenas evaluaciones de primer trimestre-, inmersa en el estudio del japonés (ya estoy en tercer nivel de la academia!), con formaciones varias, tratando de mantener el foco en lo importante (en la línea del #focusdarling de mi admirada Charuca), aunque hay días que lo cotidiano te arrastra y  ya no distingues qué es lo uno y lo otro… Y entre medio, algunas ideas, borradores y proyectos que deseo sacar adelante. Y el tiempo que dedico a mi familia y rutinas cotidianas -benditas rutinas, sobre las que se sostienen nuestras raíces-, y a mi hija Èlia, de ocho años, en especial. Tiempo insustituible.

Una de mis prioridades ahora es hacer más simple, natural y sostenible mi vida. Trato de aplicar esto en muchos aspectos de mi día a día, algunos de ellos físicos, otros no tanto.

Por ejemplo, en el plano más terrenal y físico, estoy trabajando en lograr un «armario mínimo», comprando menos ropa, limpiando  y ordenando cajones. En lo que a trabajo se refiere, me estoy dedicando a lo práctico, también planificándome mejor, definiendo mis tareas diarias, eligiendo mejor mis formaciones y eliminando «ladrones de tiempo» (tales como correo electrónico, wassaps, redes sociales, relaciones que no aportan nada, televisión basura, procrastinación…y otros entretenimientos inútiles ).

En lo más sutil y mental, hace un par de meses que comencé un «bullet journal» donde, entre otras cosas, llevo un seguimiento mensual de los hábitos que deseo incorporar a mi vida. Ahora mismo, aplicando la simplicidad tal y como enseña muy bien Leo Babauta en  su blog Zenhabits, me centro en el uso diario de la bicicleta como ejercicio, la práctica de la meditación y de la gratitud. No más de tres, porque con tres vamos más que sobradas por mes. Una cosita detrás de otra, despacito y buena letra… Y me ejercito en el liberador NO -a todo lo tóxico, personas, pensamientos, compromisos no deseados, abuso de mi tiempo por parte de terceras personas, etc…

Hoy  vengo a traerte una lista. Ya sabes, ¡otra de mis grandes pasiones! He recopilado 12 pasos para una vida más sostenible. Once de ellos los practico desde hace tiempo o los acabo de incorporar a mi cotidianidad. El doceavo está en la bandeja de espera, aunque con la intención de incorporarlo muy pronto. Desde pequeña he sido consciente de formar parte de la naturaleza y de la necesidad de respetarla y cuidarla, pero ha sido hace poco cuando esa conciencia se ha parecido «agrandar», se ha hecho más clara y potente en mi y se ha traducido en lo práctico y la acción voluntaria. Casi podría decirte que he respondido a una llamada que -estoy segura- actualmente están recibiendo millones de seres humanos en este planeta. Y no me extraña que sea una llamada insistente. Es URGENTE  que la respondamos, por nuestra propia supervivencia.

Quizás tú también seas receptora de esa llamada. Así que si buscas maneras de darle respuesta, quizás puedan inspirarte estos pasos:

1-CHAMPÚS Y GELES SÓLIDOS.

Es uno de las primeras cosas que cambié en mis rutinas diarias y que más tiempo he mantenido. Me lavo el cabello a diario con una pastilla de jabón sólido. Mejor dicho, dos: una es hidratante, con aceite de argán como base y la otra de algas  y sales marinas. Las compro sin ningún tipo de envoltorio y me las llevo de viaje en una cajita de latón. También me ducho con un gel sólido en barra de base hidratante. Hace años me los hacía una amiga de manera artesanal y hoy los compro en tiendas locales y algunas firmas de confianza por internet. Debo decir que estoy contenta con los resultados y me produce especial satisfacción la cantidad de plástico que he ahorrado durante estos últimos años. Mi consejo es que alternéis entre dos tipos de champú, tu pelo te lo agradecerá exhibiendo brillo y lozanía.

 

Foto: Kristina Balic

-COPA MENSTRUAL EN LUGAR DE COMPRESAS Y TAMPONES.

Hace exactamente dos meses que incorporé la copa menstrual a mi higiene personal, combinada con compresas de tela de algodón orgánico y tejido especial absorbente lavables y reutilizables. Fui reticente a utilizarla durante un tiempo, pues tenía mis dudas acerca de su efectividad, si sería limpia, si se adaptaría a mi ritmo y, sobretodo, si sabría colocármela y quitármela correctamente.¡Ahora me pregunto cómo he podido estar tantos años sin utilizarla! Definitivamente es algo que recomendaré a mi hija cuando llegue el momento. Está hecha de un material hipoalergénico, respeta como ninguna otra cosa la flora vaginal, se limpia esterilizándola antes y después del periodo. Yo no sé tu, pero yo me gastaba una media de 5-6 euros mensuales en compresas y tampones. Teniendo en cuenta que una copa suele costar alrededor de  25 €… ¡haz la cuenta! En un año la tienes más que amortizada. Y ya no hablemos del ahorro en residuos plásticos y celulosa, que es la principal razón que me animaba a hacer el salto junto a sus ventajas desde el punto de vista de la higiene y la salud. Si estás pensando en cambiarte a la copa y deseas saber un poco más de mi experiencia personal, indícamelo en los comentarios y dedicaré un futuro post a ello.

3-BOLSAS REUTILIZABLES DE ALGODÓN FINO PARA COMPRAR VERDURAS Y FRUTAS. 

Quizás lo encuentres un poco tonto, pero al principio hasta me daba vergüenza sacar mis bolsas de tela de algodón en la frutería o el mercado… ¡Nadie a mi alrededor lo hacía! Le eché morro al tema y en pocos días varios clientes me preguntaron dónde las había conseguido mientras esperaba en la cola para pesar y pagar. Las cajeras también lo encontraban encantador y muy práctico. Cada dos o tres compras las lavo en la lavadora y listas para volver a utilizar. Yo he dejado de utilizar bolsas de plástico y sólo me da rabia cuando me olvido mi paquetito de  5 bolsas cuando paso por una tienda y se me antoja comprar algo (las bolsas son muy cómodas de llevar en el bolso,  finísimas y se pliegan con facilidad) . Desde que las utilizo, algunos locales de productos frescos de mi barrio están cambiando sus bolsas de plástico por bolsas de papel, que aunque no son del todo ecológicas, lo son más que el plástico y me van genial cuando me olvido las de tela porque las reutilizo para recoger los «regalitos» que mi gatita Kireei deja en su arenal.

4-REDUCCIÓN DE PRODUCTOS DE LIMPIEZA DEL HOGAR. 

Desde hace un tiempo investigo en blogs como el de Victoria Moradell cómo utilizar de manera más simple los productos de limpieza y cosméticos y he aprendido a hacer algunos productos con substancias naturales  no tóxicas y al alcance de mi mano. Por ejemplo, he eliminado el suavizante en la colada. No he encontrado ninguna ventaja en el suavizante, por mucho que mi madre insista en sus maravillas, aparte de que  es cierto que suelen perfumar la ropa. Lo que sí he visto son sus muchos inconvenientes, como  que contienen  tensioactivos contaminantes y que destrozan algunos tejidos a fuerza de utilizarlos.

También he aprendido a hacer vinagre de limón, base de otros productos naturales de limpieza y desinfección del hogar. Lo combino con un limpiahogar para todas las superficies en base a limón que comercializa una marca francesa con certificado ecológico. Su perfume me encanta y limpia de maravilla. Aparte de eso, poco más. Abajo de explico sobre detergentes y lavavajillas…

5-DISMINUIR LA COMPRA DE ROPA.

Recientemente he sabido lo mucho que contamina la industria textil -gasto de agua alucinante, tintes, etc…- Uno de los tejidos más contaminantes del mundo es el tejano, por ejemplo. También soy más sensible a las condiciones laborales de las personas que elaboran estos productos, muchos de ellos localizados en países pobres en situación de semi-esclavitud. Solo el transporte de las prendas ya representa un gasto de combustible -contaminante- considerable. He optado por comprar menos y mejor. He dejado de comprar en tiendas que todavía no tienen una política transparente y honesta al respecto y he aprendido a mirar las etiquetas de las prendas. He localizado tiendas locales con producción local, un poquito más cara, pero mejor en calidad y en diseño. Cuando me pongo estas prendas me siento estupendamente, me sientan bien y desprenden un «no sé qué», un amor, una dedicación y un cuidado que se transmite al tejido. Doy más importancia a las prendas que me gustan y las valoro. Tienen un significado para mi. Una amiga modista que es un encanto de persona me hace prendas a medidas de vez en cuando y me gusta especialmente llevar prendas compradas durante un viaje o una escapada a algún sitio especial.

Foto: Priscilla du Preez

6-COSMÉTICA NATURAL Y «HOMEMADE».

Como comentaba anteriormente, he conocido el blog de Victoria Moradell, su canal de youtube y consejos. También otras iniciativas como talleres locales donde se enseña cosmética casera. He descubierto que necesitamos muy poco para estar estupendas, limpieza, hidratación y nutrición, básicamente. Y todo ello está al alcance de nuestra mano. Si puedes comértelo, puedes ponértelo en la piel. Esa sería una máxima sencilla y básica para orientarnos. Exfoliantes hechos de azúcar molida o sal, aceite vírgen, especias, cacao… Hidratantes de aloe vera, aceite vírgen de almendras o rosa mosqueta y manteca de karité para el cuerpo. Esos son mis productos cosméticos. Dos o tres me bastan. Y todos ellos son hechos en casa

7-RECIPIENTES DE VIDRIO.

Ya los utilizaba para guardar alimentos secos como legumbres o pastas. Ahora comienzo a utilizarlos para almacenar también en la nevera o para congelar comida hecha a lo «batch cooking».

8-BOLSAS REUTILIZABLES PARA MERIENDAS.

Le he regalado una a mi hija para el bocata y la merienda que se lleva al cole. Se enrolla y cierra con facilidad y es lavable. Estoy pensando en auto-regalarme otra para mi snack de media mañana a la hora del patio.

9-BICICLETA PARA IR AL TRABAJO.

Hace unos diez años que me desplazo en bicicleta por Barcelona -una propia plegable que suelo guardar dentro del edificio donde trabajo-. Primero lo hacía cuando trabajaba en la oficina y ahora bajo desde el barrio de Gracia hasta el costero Poblenou, donde se encuentra la escuela donde trabajo. ¡Me hace alegra ver cómo cada día más compañeros maestros se animan a coger la bici para ir a trabajar!¡Nuestro aparcamiento dentro del cole necesita una ampliación urgente!

Foto: Blubel

10-DETERGENTE Y LAVAVAJILLAS A GRANEL.

Hace poco descubrí un establecimiento que ofrece detergentes, lavavajillas y geles y champús a granel cerca de casa. Llevas el recipiente que desees, eliges el tipo de detergente -sin fosfatos ni otros productos contaminantes- y te pesan el contenido. El detergente tiene un año de caducidad por la falta de conservantes tóxicos, pero esto no es inconveniente si calculas las cantidades que vas a utilizar. El resultado en la colada es bastante bueno. Todavía no he estrenado el lavavajillas a mano, porque estoy acabando mi última botella, así que no puedo opinar. Elegí uno en base a limón, que tiene ya de por sí un alto poder desengrasante. Ya te contaré…

11-USO DE ESTROPAJO NATURAL DE COCO.

Lo compré en una web especializada en productos sostenibles y reutilizables. Para las ollas va genial, pero me resulta poco flexible para vasos y otros recipientes. También me da un poco de cosa que se quede atrapada la suciedad en las púas y no se desinfecte bien, aunque para ello tengo un truco que utilizo con los cepilles de dientes -vinagre con aceite de árbol de té- . Así que buscaré una alternativa, quizás un cepillo de cerdas naturales o un estropajo de lufa, aunque me da a mi que en lo que a flexible se refiere no va a ser mejor. Me gustaría substituir definitivamente los estropajos convencionales, que sueltan muchos microplásticos  nocivos en el agua que son difíciles de detectar y que acaban introduciéndose en la cadena trófica con consecuencias nefastas para nuestra salud y la de todo el ecosistema.

12- CARBÓN ACTIVADO PARA PURIFICAR EL AGUA DEL GRIFO.

Lo descubrí hace poco en una web de confianza y quiero probarlo. Consiste en una pieza de carbón que se mete en la jarra del agua siguiendo unas sencillas instrucciones de lavado y purificación prévias. Dura unos meses y purifica el agua del grifo de manera natural. Espero a probarla para dar mi opinión al respecto.


Si así me lo indicas en los comentarios, puedo dedicar el siguiente post al tema de las copas menstruales, a mi personal gestión y organización del Bullet Journal, cosmética o limpieza natural, o a cualquier otro tema que desees ver ampliado. ¡Tu eliges! ¡Me comprometo a hablar del tema más votado en nuestro próximo encuentro! 

Y no dejes de escribir sobre tus dudas o preguntas acerca de estos 12 pasos. ¡Estaré encantada de responderte!


 

Y hasta aquí mis modestos 12 pasos hacia una vida más sostenible. ¿Compartes algunos de ellos? ¿Qué paso has dado tu últimamente? ¿Qué dudas tienes acerca de hacer el cambio?

Me encantará leerte en los comentarios y quizás sumar algún paso más que desees compartir aquí.

¡Un beso y feliz semana!

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