Si ya te hiciste con tu Cuaderno Guía y pusiste en práctica la propuesta de la semana pasada, hoy te traigo la segunda parte del ejercicio de fin de año. Si no lo hiciste, te invito a que leas el anterior post antes… ¡Te espero de vuelta!
Ya tienes tu lista de Gratitud por todo lo logrado y vivido el año que acaba. Ahora sí, vamos a comenzar el ejercicio de la Palabra Guía.
Se trata de buscar aquella palabra que será tu luz, tu marco de referencia en el año que comienza. Aquí especialmente te diría que busques un momento tranquilo, o varios momentos, para encontrarte contigo misma, tus motivaciones, tus sueños, tus fortalezas y aquello que te gustaría mejorar.
Yo he hecho este ejercicio durante varios años seguidos. Este año me he tomado toda una semana para hacer un «casting de palabras».
Desde hace tiempo siento la necesidad de CONCRETAR, de MANIFESTAR aquello que largamente he preparado y planificado. Pero me he encontrado con la procrastinación más veces de las que hubiera querido. No hay nada malo en dejar descansar la mente, en cambiar de actividad cuando el cuerpo te lo pida. Lo angustioso es ver postergados tus sueños, aquellos objetivos que sabes mejorarán tu vida por el solo hecho de intentar lograrlos y trabajar por ellos.
Así que tomé mi cuaderno y durante varios días, pedí al Universo que me iluminara, que me mostrara la palabra guía. Viví diferentes situaciones que arrojaron varias palabras y las fui recogiendo en el cuaderno:
CONCRETAR
MANIFESTAR
IKIGAI
INVOCACIÓN
DETERMINACIÓN
MANIFESTAR
CONSTANCIA
COMPROMISO
FOCO
Resultó que ésta última, «Foco», ya fue mi palabra día hace unos años, creo recordar en mi primer ejercicio de la palabra guía. Y pensé que este año tenía que afinar más mi puntería y no repetirme, encontrar la palabra perfecta.
A través de las experiencias de esta semana, la palabra FOCO iba adquiriendo cada vez más luz. Lo que buscaba era separar la paja del grano y concretar, hacer realidad objetivos. Para ello, debía eliminar las distracciones, confiar en mi guía interior y Ser Superior – a través de la INVOCACIÓN-, tener CONSTANCIA y COMPROMISO con mi labor.
Me pedí una Agenda 100% Productividad Charuca con la intención de encontrar un método para enfocarme, para acabar esos proyectos largamente postergados. Y resultó que entre las postales obsequio que acompaña al paquete, una resaltaba entre las demás: la que ponía «FOCUS, deja de trabajar mucho, empieza a trabajar mejor».
Así que lo he interpretado como una señal inequívoca que FOCO debe ser, de nuevo, mi palabra guía.
Enfocarme en lo que quiero concretar también incluye el AUTOCUIDADO, el saber DISFRUTAR del proceso. No todo es trabajo ni todo es objetivo.
Decía la coach Majo Albiztur en un podcast que escuché recientemente que lo más importante cuando perseguimos objetivos o sueños no es el objetivo en sí, sino la persona en que nos convertimos a través del proceso que nos lleva a conseguirlos. Es decir, es más importante enfocarnos en aquello que deseamos experimentar, lo que queremos vivir con ese objetivo cumplido, que el objetivo mismo.
Voy a ponerte en ejemplo. Muchas personas desean tener un coche nuevo. Pero en realidad, el coche es la concreción de un deseo mayor: prestigio, mayor libertad de movimientos, independencia. Es eso lo que perseguimos en realidad.
Si comenzamos a apreciar las oportunidades vitales para mostrar nuestro prestigio al mundo, si comenzamos a practicar el liberador NO en lo cotidiano para reafirmar nuestra esencia y practicamos el PODER DE ELEGIR (nuestras opciones, nuestra reacción a lo que ocurre, nuestras relaciones, etc…) , obtendremos aquello que el coche nuevo simboliza sin necesidad de ser su poseedor. Habremos construido un nuevo camino en nuestra mente, habremos abierto un sendero donde antes sólo crecía la hierba… Lo que a veces pasa – y me maravilla la magia de la vida desplegándose cuando esto sucede- es que al alcanzar esa transformación en nosotros… en ocasiones el coche nuevo «aparece». Puede que alguien nos lo venda a buen precio de segunda mano, que encontremos la manera de utilizar sin demasiado gasto un vehículo, a través del renting, por ejemplo… o directamente comprándolo.
Toma tu cuaderno y anota aquellas palabras que más te inspiren. Entre todas ellas, una brillará por encima de las demás: es tu Palabra Guía para el próximo año. Esta palabra te acompañará y te recordará donde debes poner tu atención, que aspecto estás iluminando para ampliar tu experiencia vital y vivir los acontecimientos bajo el prisma que tu misma has elegido. Te devolverá a tus objetivos y también a tus fortalezas, así como a los aspectos que conforman tu terreno a trabajar.
Me di cuenta que la Palabra Guía, junto a la lista de Gratitud, era mucho más poderosa a la hora de concretar objetivos, de realizar lo que me hacía feliz. Y si algo deseado no se cumplía, mi visión podía abarcar con serenidad la noción de que lo que estaba viviendo era lo más apetecible, lo mejor para mi vida y para las elecciones de mi alma. Me permetía fluir con gracia, sabiendo que todo respondía a una Voluntad mayor que siempre es benevolente.
Te invito a completar tus ejercicios de fin de año y a compartir tus descubrimientos aquí, dejándome algun comentario. ¡Te doy las gracias por adelantado!
Que tengas una linda semana.