Habrás observado si no es la primera vez que lees este blog que hoy me presento con mi nombre real, Imma, no con mi pseudónimo habitual, Estel Marín. He estado firmando mis textos con pseudónimo no sólo aquí, sino también en mis colaboraciones con la Revista Blogirls, entre otras publicaciones.
Por diferentes motivos, ha llegado un momento en mi vida en que mi identidad me pide dar a conocer mi nombre real. ¡Y tenía que comenzar por mi blog!
Hecha esta apreciación, quisiera iniciar hoy una serie que pretende ocupar dos capítulos, pues el tema se las trae…
El tiempo.
Nos falta tiempo… Tiempo perdido. Si tuviera tiempo. ¡Cómo pasa el tiempo! El tiempo juega en tu contra… No tengo tiempo.
¿Te suena? Yo me las he visto y me las sigo viendo con el tiempo. A mi alrededor, es uno de los temas de conversación preferidos. Y no sólo en el ascensor.
El tiempo es motivo de ansiedad en el trabajo. Como maestra a menudo me veo enfrascada en conversaciones con mis compañeras que desembocan en la misma noción: «Nos falta tiempo para…» El tiempo es el gran problema.
Pero no sólo de problemas vive el hombre…
Personalmente, el tiempo es algo que desde pequeña me ha fascinado. Me encantaba hacer dibujos con secuencias temporales y observar cómo se transformaban las cosas a través del transcurrir de los años. Durante una etapa primeriza de mi vida incluso me obsesioné con construir una máquina que me permitiera viajar a través del tiempo. Una de mis películas favoritas es «Regreso al Futuro», de Steven Speilberg. Imaginar la posibilidad de trasladarme a través de saltos temporales a otras épocas era uno de mis pasatiempos de niñez. Y todavía sigue siéndolo hoy para mí, a través de la creación literaria.
De haber tenido una máquina del tiempo que funcionara mi interés se hubiera centrado, sin lugar a dudas, en las épocas pasadas de la historia. Es un poco lo que hago ahora cuando escribo… ¡De alguna manera, acabé construyendo esa dichosa máquina!
Kronos o Kairos… El Dios del tiempo que se agota o el Dios del tiempo que cuenta. La mitología de nuevo nos muestra un abanico amplio de percepciones. De interpretaciones.
Y como mi amada coach Maite Issa dice : «La calidad de tu vida dependerá de la calidad de tus interpretaciones».
El libro que acabé de escribir a finales del año 2021 -y que ahora se encuentra en proceso de publicación- es una novela en cuyo fondo se entrelazan líneas del tiempo y saltos temporales. Una historia donde me adentro en ese misterio insondable que desde siempre me ha seducido. Me vivo de ganas por compartir novedades acerca de ella contigo bien pronto…
Ahora regresemos por un momento a Kronos.
He observado el tiempo, he desarrollado este concepto en mi durante años. Con cada nueva toma de conciencia, el tema volvía a sobrevolar mi cielo y encontraba nuevos aspectos que explorar sobre él.
Hace una semana adquirí un curso online sobre Productividad, con un enfoque hacia la mejora personal, el autocuidado y la creatividad. Este curso me está ayudando a gestionar mejor mi tiempo de trabajo y a ir más allá, a verlo como un recurso positivo en lugar de algo que me cause ansiedad.
A través de la la meditación también he accedido a la comprensión de nuevos aspectos sobre mi relación -nuestra relación- con el tiempo.
Te invito a:
- Ver el tiempo como un regalo: constata la diferencia al tratarlo como tal. Regalo, oportunidad, recurso valioso que forma parte de tu abundancia.
- Respetar el tiempo, darle un uso consciente. Que el tiempo «sepa» que lo utilizas para bien, que lo aprecias.
- Establecer prioridades con honestidad y respetarlas: esto nos lleva a muchos aprendizajes, entre ellos reafirmarnos en nuestra identidad, el aprender a decir sí cuando es si y no cuando es no. Nuestras prioridades han de estar enlazadas con nuestros valores. Así que si alguno de esos valores no figura en los espacios que has creado en tu vida, revísalo. Cada prioridad merece su espacio. Lo que siembres, crecerá. Lo que observes, existirá.
- Entrenar tu mirada como si descubrieras las cosas con ojos nuevos, tal y como hacen los niños. Ver la vida como un continuo descubrimiento hará que el tiempo se ralentice y se amplie para ti. ¿Recuerdas lo largas que eran las vacaciones cuando eras pequeña?
- Practicar cualquier técnica o hábito que te ayude a prestar atención al presente. Saborea los momentos como quien aprecia un delicioso manjar, los detalles que lo conforman de forma “esférica”, con todos tus sentidos.
En el próximo capítulo… Ahondaré un poco más en el concepto tiempo, observándolo desde una perspectiva un poco más elevada.
Voy a acercarme un poco más a Kairos…
Que tengas una linda semana.