El pasado 20 de Marzo asistí al taller de Mindfulness y Alimentación impartido por Elisenda Camps y Mireia Carbó en Escola de Cuina Mireia Carbó, en el corazón del barrio de Gracia de Barcelona.
Hacía tiempo que intuía que debía hacer un planteamiento en mi manera de comer, más allá de la preocupación por la dieta. Por supuesto, este enfoque ha de basarse para mi en la salud, no sólo para evitar el malestar o favorecer la curación de dolencias, sino para sentirme más energética y bien conmigo misma y, a la vez, con el medio donde vivo.
Desde que mi amiga Mireia me habló del taller supe que tenía que asistir y me atrajo, además del título, que lo impartiera Elisenda Camps, periodista especializada en bienestar, que ya conocía por sus programas de radio y televisión.
Elisenda no me defraudó en absoluto, es más, me resultó aun más encantadora y cercana de lo que esperaba. Es una de esas personas que destilan buen rollo y carisma sin abrir boca, y cuando hablan saben acompañar, guiar, asesorar, con discreción y suavidad. Además, posee un notable conocimiento sobre Mindfulness, nutrición y hábitos saludables.
La primera parte del taller nos introdujo al tema de la atención plena, con una pequeña meditación y una charla que puso en contexto cómo encaja la alimentación en la práctica diaria del Mindfulness.
El objetivo: comer con conciencia. Cómo Elisenda nos repitió en varias ocasiones durante la velada, no se trata de juzgar cómo comemos o lo que comemos, sino tomar conciencia de nuestros hábitos. ¿Qué nos reporta la atención plena en la alimentación? Mejorar nuestra salud en general, mejorar también la salud de nuestro entorno más inmediato y, por extensión, la del planeta. ¡Ahí es nada!
Se nos dijo de adoptar la «mente del principiante», de observar nuestro entorno con curiosidad, sin dar nada por sentado, y explorar los alimentos con los cinco sentidos.
También hablamos del «hambre emocional», esa necesidad urgente de comer que nos lleva a «pecar» con alimentos no muy saludables y que después nos provoca remordimiento y culpa.
¿Cómo lidiar con ella? Debemos parar conectar con nuestra respiración, con nuestro cuerpo. Nuestro cuerpo emite señales que a menudo desatendemos. Preguntarnos porqué tenemos hambre en ese momento (por ansiedad, por falta de cariño, por frustración, por estrés…). Tener hambre es natural y cuando se trata de la necesidad primaria de nutrirnos sabemos distinguirlo. Pero en ocasiones, cuando ya estamos saciados, sentimos ganas de volver a comer… ¿Puedo hacer en ese momento algo que no sea comer? Si es así, hazlo. Si no, si he tenido un mal día y merezco ese bombón, esa galletita, quizás nos convenga «pecar», tener compasión de nosotros mismos, como Elisenda nos dijo con una sonrisa. Pero después de haber hecho el ejercicio de explorar nuestras motivaciones, «pecaremos con conciencia». Y casi seguro, comeremos menos.
Me resultó increíble el ejercicio de la pasa, un ejercicio de alimentación que practican los budistas: se trata de tomar contacto con una uva pasa como si adoptáramos la personalidad de un extraterrestre que ha de conocer aquello antes de saber si puede comerlo. Explorar la pasa con todos los sentidos, dejando el del gusto para el final. Mirarla, observarla, olerla, incluso oírla, acariciarla… y dejarnos atrapar por su textura en la boca. Finalmente, nos comemos la pasa… ¡Os aseguro que nunca me resultó tan rica con una pasa como aquel día!
Es increíble lo que podemos percibir con plena atención, cómo la vida adquiere una dimensión «esférica» (me encanta este término, que tomo prestado de una de mis películas preferidas, «Bajo el Sol de la Toscana»).
Vivir con la curiosidad de un niño añade luz, alegría, experiencia, salud a nuestros días.
¿QUÉ PODEMOS HACER, APARTE DE MEDITAR?
El Minfulness, como otras veces he explicado, es mucho más que una práctica meditativa: es una manera de vivir y de estar en el mundo. Por ello, existen muchos actos pequeños o grandes cotidianos que contribuyen a mejorar nuestra nutrición a los que debemos dedicar atención:
- Ser consciente de la compra: planificar lo que vamos a comer, escoger bien dónde compramos, las cantidades, los envases que vamos a utilizar (mucho mejor productos a granel). Elegir productos de proximidad y temporada, con certificación ecológica si es posible o de comercio sostenible.
- Abandonar el juicio, tanto a la hora de comprar, como a la de cocinar o de comer. Observar atentamente, tomar conciencia y seguir adelante.
- Practicar trucos «Mindfulness» a diario: realizar al menos 5 masticaciones conscientes en cada comida, apagar aparatos móviles, televisión, rodearnos de un buen ambiente al comer, tratar de no comer con prisas, no acostarse inmediatamente después de comer, respetar todas las comidas, hacer 3 platos (no muy grandes) en cada comida, servir la comida en cocina y no en mesa, practicar de vez en cuando comer en silencio (al modo de los monjes), etc…
Aqui me tenéis rayando «con atención plena» un calabacín…
Tras la charla inicial, nos pusimos «manos en harina» como decimos por aquí y cocinamos en parejas los diferentes platos del menu de nuestra cena, que compartimos junto a Elisenda y Mireia: Crema de Alcachofas con tacos de jamón, Ensalada de Escarola y Mató, Rissoto de remolacha con espárragos verdes y rúcula, hamburguesas de pollo y verduritas (éste lo cociné yo personalmente) y el «pecaminoso» postre Tormento de Chocolate con fresas (¡qué maravilla!).
Aqui os dejo fotos de algunos de los platos. ¡Lástima que la crema de alcachofa desapareció antes de «tomar conciencia» de que tenía una cámara para fotografiarla!
Rissoto de remolacha Ensalada de escarola
Hamburguesa de Pollo Tormento de chocolate con fresas
Disfrutamos de lo lindo, pasamos un rato genial y aprendimos a valorar la comida de un modo nuevo y, por qué no, a cuestionarnos nuestros hábitos para hacerlos cada día más en una herramienta de bienestar personal.
NUTRIR NUESTRO CUERPO ES UN ACTO DE AMOR, afirmó Elisenda. La calidad de tu alimentación y dirá muchas cosas de la manera en que te tratas, te valoras y te permites ser tu misma.
Que tu semana sea luminosa.
4 respuestas
Me parece un artículo muy interesante. la verdad es que no me había planteado nunca unir mindfulness con alimentación, y lo cierto es que no pueden estar mas relacionadas. voy a seguir leyéndote. gracias por compartir
Mindfulness es poner atención a nuestro día a día y la alimentación, como sabes, es una parte fundamental de tu experiencia vital. Gracias a to y bienvenida a La comunicad de “beginners”!
Gracias por compartir esta interesante y linda experiencia! La verdad es que hay muchas cosas de las que contaste que me llamaron la atención, primero lo de adoptar la mente de principiante, me encanta el término y lo que significa, intentar usar los 5 sentidos a la hora de explorar y probar los alimentos para realmente tomar consciencia de lo que comemos.
Me encanto el ejercicio de la pasa! Y por último lo de «desconectarse» a la hora de comer para poder «conectarse» con lo que estamos comiendo, yo lo he experimentado y es impresionante cuando tomas conciencia de ello. Gracias por compartir esta linda experiencia! Me has inspirado para averiguar más sobre el mindfull eating y por que no escribir un post al respecto 🙂
Pues si escribes ese post voy a ser la primera en leerlo, guapetona! Gracias por visitar mi blog! Un besazo!