Foto de Sven Fischer para Unsplash
He estado un buen tiempo desconectada de este blog… Como tantas otras personas en el mundo, he vivido estos días de confinamiento y de cambios en mis rutinas tratando de adaptarme a todo ello lo mejor posible, aunque no sin dificultad. No me quejo, porque he tenido al fin y al cabo suerte. Me siento agradecida por oportunidades que me han sido ofrecidas o he sabido ver… Pero el cambio no suele presentarse de forma sencilla. Muchas cosas que daba por sentado o por hecho se han modificado o transformado por entero: planes, proyectos, maneras de trabajar… Muchos asuntos que estaban «escondidos» han salido a la superficie. Me las he visto con mi ira -una ira que no siempre he manifestado, que tenía bien guardadita ahí… para no molestar- y poco a poco he ido comprendiendo que resultaba ser un buen mapa de vida. Descubrí, por ejemplo, que la ira siempre espera una acción por nuestra parte, nos moviliza a tomar las riendas y señala en una dirección. A menudo, a aquello que nos muestra tenemos que darle una vuelta para poder tomar la decisión adecuada. Pero no suele fallar…
Hoy no quiero hablarte de ira, ni siquiera de rabia… Si no de creatividad, que es algo que siempre regresa a mi vida -y a este blog- y que me encanta abordar.
El confinamiento ha favorecido múltiples salidas creativas… Para mí ha sido un tiempo hacia adentro que me ha permitido vivir con más intensidad. Tengo un proyecto de libro muy adelantado, al que he dedicado muchos ratos en estos tres meses. Aunque he escrito con frecuencia, también me las he visto con continuos aplazamientos, la mayor parte de las veces porque acababa agotada con el trabajo de la escuela -el teletrabajo ha supuesto alargar nuestras jornadas en muchos casos- y muchas veces porque simplemente no tenía ánimos por los muchos temas que ocupaban mi cabeza…
He estado leyendo el libro El Camino del Artista, de Julia Cameron, una especie de Biblia sobre el proceso creativo que os recomiendo vivamente si os interesa el tema.
La primera idea a desterrar, según Cameron, es que hay personas que son creativas y otras que no. Como si hubiera un club de privilegiados en este aspecto, «los artistas» y después el resto del mundo… Ese club no siempre, por cierto, se ve como un club de privilegio… Pero ese es otro mito a desterrar mientras lees el libro.
El libro es un manual práctico para rehabilitar a tu artista interior, que Julia Cameron compara con un niño al que hay que nutrir, cuidar y dar la herramientas necesarias para que se exprese en libertad. Propone ejercicios, entre los que destacan las Páginas Matutinas -una suerte de diario para desvelar tu espíritu creativo a través de la escritura manual – y La Cita con el Artista (un encuentro con tu Niño-artista en modo de acción nutritiva o homenaje semanal).
Hoy quiero proponerte un ejercicio que extraigo del libro. Se llama «Piedras de Toque»…
¿Sabes esas piedras que guardamos como tesoritos? ¿O esas conchas recogidas en la playa? A veces las tenemos en una bandejita, colocadas en un lugar de honor sobre la mesa, en nuestro despacho, sobre una estanteria, junto a los libros… Cuando tenemos un mal día nos da por tocar esas piedras, mirarlas de nuevo, repasar sus contornos, descubrir sus matices… Y lentamente, como en un ejercicio contemplativo, vamos recuperando la calma, quizás también la ilusión y las ganas de hacer cosas.
El ejercicio propone hacer una lista -que podemos decorar y colgar en un lugar a la vista- de las cosas que son como «piedras de toque» para nosotros: aquellos rituales, cosas, acciones, que nos hacen sentir bien. Si te conoces un poquito y te pones a pensar en ello, seguro que te vienen de golpe cinco o seis cosas.
Yo comparto aquí mi lista, para que te hagas una idea. Es una lista dinámica, en permanente proceso de construcción. Cuando tengo un momento, me siento a escribir en ella o la leo para sentirme mejor. También la puedes tomar como un remedio de rescate: cuando lo necesites, toma tu lista y decídete en realizar una de esas acciones. Es tu «botiquín del alma»…
PIEDRAS DE TOQUE
- Peonías frescas
- Una limonada natural con mucho hielo picadito
- El color mint
- Una lectura meciéndome en mi hamaca
- El podcast de Charuca
- La papelería bonita
- Hablar japonés
- Nadar en mi playa preferida, Binigaus, a las ocho de la mañana
- La luz de Menorca
- Un trozo de chocolate 70% cacao
- El café de olla colombiano
- Un té japonés genmai
- Aprender palabras intraducibles a mi idioma con un sólo término
- Un kakigori con aderezo de zumo de frutas y leche merengada
- Un platillo de sushi
- Cultivas fresas… ¡y comérmemelas!
- La manteca casera de avellanas
- El limón. En todas sus expresiones.
- Los cerezos en flor
- La pintura sumi-e
- Hacer mi propia cosmética casera
- El aceite esencial de nardo e incienso
- Tocar recipientes de alabastro
- Un buen desayuno dulce-salado al aire libre y en buena compañía
- …
Te animo a realizar tu propia cuenta de Piedras de Toque y te invito a compartir conmigo aquellos otros rituales a los que acudes como bálsamos para el alma cuando a tu alrededor todo parece que se desmorona o simplemente tienes un día más bien gris.
Te deseo una linda semana.
La primera idea a desterrar, según Cameron, es que hay personas que son creativas y otras que no. Como si hubiera un club de privilegiados en este aspecto, "los artistas" y después el resto del mundo...
2 respuestas
¡Qué bonita lista de piedras de toque haz creado! Muchas cositas me gustan y desprende sonrisa como pequeños detalles no pueden despertar sonrisas.
Tiene tiempo que estoy… más bien, inicie el libro, pero cuando llegaba a las páginas matutinas lo dejaba… esta vez comencé y escribí mis primeras tres páginas y resulto que inicie un programa en el que estoy que también una de las actividades es hacer las páginas matutinas, se siente tan bien después de la primer semana, ya que termine este programa de 21 días que finaliza el domingo, retomare el libro y seguro llego a la parte de las piedras de toque y ten por seguro que te las voy a compartir. ¡Lindo fin!
Que bien, Noemí, que compartamos también lecturas! Ciertamente el libro es algo denso y el trabajo propuesto se hace en ocasiones duro. Me costó tomar la libreta por las mañanas, en parte porque ya escribo mucho durante el día y en principio no sabía qué más contar. Pero poco a poco y venciendo resistencias, se está convirtiendo para mi en otra de mis prácticas espirituales cotidianas. Ha restablecido el lazo con mi Ser Superior, un lazo bidireccional que tenía algo descuidado, emitiendo todo el tiempo en lugar de estar abierto a recibir. Mi creatividad se está desvelando, tomando una nueva luz…. Y la renovación de este blog es parte de ese proceso! Gracias por ser tu también parte de él, Noemí! Me estás ayudando mucho en el camino de mis sueños! Un abrazo!